Published On: abril 12, 2023

La carrera profesional de Víctor Canivell se ha centrado en tres pilares fundamentales: el uso de nuevas tecnologías, la constante búsqueda de la innovación y su visión emprendedora.

Con una formación académica en Ciencias Físicas, un doctorado en Física Cuántica en la UB y un MBA en ESADE, Víctor comenzó su carrera en el sector informático. Trabajó en varias multinacionales norteamericanas con cargos ejecutivos en Europa y EEUU, para luego dedicarse a la dirección de startups, principalmente en el ámbito de la seguridad informática.

En el año 2019, Víctor recibió una inesperada propuesta: montar una startup de computación cuántica en Barcelona. En ese momento, no era consciente de los grandes avances que se habían realizado con la manipulación experimental de los estados cuánticos de la materia, lo que ahora hacía posible la construcción de un ordenador cuántico. La idea lo entusiasmó enseguida. Era una oportunidad única para poner en práctica sus conocimientos iniciales a través de la creación de una startup en territorio español.

Así fue como se convirtió en el cofundador de Qilimanjaro, la startup que se encargará de construir y poner en marcha el primer ordenador cuántico del sur de Europa, en el marco del proyecto Quantum Spain.

Esta infraestructura se instalará en el Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) y se integrará en el superordenador MareNostrum 5, el más potente de España y entre los más avanzados de Europa y del mundo.

¿Cuál será el rol de Qilimanjaro dentro de Quantum Spain?

Quantum Spain tiene varias dimensiones. Por un lado, tenemos un ámbito asociado al al fomento del uso y el desarrollo de algoritmos cuánticos, sobre todo para Machine Learning, un aspecto que está ligado fundamentalmente al mundo académico en estos momentos. Sin embargo, también hay una dimensión que tiene que ver con la provisión. Esta considera la instalación de un sistema cuántico en el Barcelona Supercomputing Center (BSC-CNS), que se integrará con el supercomputador Marenostrum. De esta forma, los usuarios podrán acceder a un sistema híbrido, cuántico y clásico.

En resumen, Qilimanjaro es la responsable de proveer y poner en marcha el primer ordenador cuántico en el BSC. Todo lo relacionado con la instalación del sistema convencional que gestiona el cuántico, estará en manos de GMV, la multinacional nacional en ámbitos TIC, con quien ya colaboramos en otros proyectos.

Qilimanjaro está encargado de todo lo que tiene que ver con la selección, desarrollo, instalación de los componentes, con su caracterización, la puesta a punto y la integración de todos los equipos de hardware para que funcione el sistema cuántico. Por otro lado, el software para traducir las instrucciones de los programas cuánticos en señales que permitan controlar a los cúbits, y además poder leer los resultados de estos cálculos que son cuánticos, también es un stack desarrollado por Qilimanjaro junto con otras instituciones.

Lo que va a permitir este software, por cierto, es que los algoritmos cuánticos puedan trabajar tanto con el sistema cuántico del BSC, como también con emuladores cuánticos en sistemas clásicos, como por ejemplo el propio Marenostrum.

¿Han asumido algún desafío de esta magnitud con anterioridad?

Evidentemente este es un desafío importante, sin embargo, ya hemos hecho algo parecido, aunque en una dimensión mucho más limitada. Cuando nació Qilimanjaro, tuvimos la oportunidad de colaborar con una nueva entidad en los Emiratos Árabes llamada Technology Innovation Institute. Lo que buscaban era construir un laboratorio, dotarse de un ordenador cuántico y crear un equipo humano experto en esta tecnología. Querían ser autosuficientes.

Este proyecto nació en el 2020 y acabó en diciembre del 2022. Lo que hicimos fue dotar a esta institución de un ordenador cuántico similar al que habrá en el BSC, pero mucho más pequeño. Se podría decir entonces que el ejercicio de desarrollar los componentes, integrarlos, dotarles del software correspondiente y hacer que los usuarios puedan usarlo, ya lo hemos hecho, pero ahora vamos a hacerlo con una configuración mayor y mucho más importante.

¿Cuál es el elemento diferenciador de Qilimanjaro en comparación a otras compañías del sector?

Una razón fundamental es que tenemos una doble personalidad. Una doble personalidad en el sentido de que, por un lado, ya hemos desarrollado un equipo de hardware cuántico, es decir tenemos una trayectoria contrastada en el desarrollo de equipos y chips cuánticos, a nivel de clientes internacionales y a nivel de desarrollo académico europeo.

El otro corazón de la empresa tiene que ver con la capacidad de desarrollo de algoritmos cuánticos. La cuántica se refleja en que hay un nuevo hardware, que son estos chips cuánticos que tratan con los cúbits y, por otro lado, están los algoritmos, los programas cuánticos: Y tanto el hardware como el software son diferentes a los convencionales. Se inspiran en los convencionales, pero aprovechan la magia de la cuántica para hacer cosas mucho más sofisticadas, como son la superposición y el entrelazamiento, que permiten una paralelización muy potente, que puede ser de órdenes de magnitud superiores para ciertos tipos de cálculo.

Hay pocas empresas europeas con experiencia en los dos ámbitos. Esto es importante por lo siguiente: el estado del arte de la computación cuántica aún está en unas fases relativamente iniciales. Lo que los proveedores están desarrollando actualmente son primeras versiones de lo que serán los sistemas cuánticos en el futuro.

La fabricación de chips con cúbits es un proceso muy complejo y donde aún debemos superar varias barreras. Los chips se fabrican de manera relativamente artesanal y no todos ellos tienen las mismas características. Por lo mismo, es muy importante que el software cuántico tenga conocimiento de cómo funcionan y cómo están fabricados los chips para poder sacarles el mejor partido posible.

A su vez, considerando que los chips son muy difíciles de diseñar y fabricar, es fundamental que estén bien pensados, es decir, muy ligados al tipo de problema que han de resolver. Hay una relación biunívoca entre el tipo de caso de uso que uno quiere solucionar y el tipo de chip que se debe fabricar para dar respuesta a ese problema y viceversa. En Qilimanjaro, nuestro futuro pasará por desarrollar “Quantum ASIC’s”, es decir, chips cuánticos especializados para ciertos cálculos y con una clara ventaja cuántica.

Finalmente, se constituye un círculo virtuoso entre el desarrollo de los algoritmos y de los chips. Qilimanjaro es de las pocas empresas que tiene esta doble personalidad y eso se basa en el origen de los fundadores y el cómo nació la empresa. La empresa nació en base a la idea de llevar al mercado una tecnología a través de un proyecto europeo que buscaba ligar muy directamente el desarrollo de los chips con el de los algoritmos. Esto es Qilimanjaro.

Otra razón, evidentemente, es la proximidad. Estamos basados en Barcelona y próximos al BSC. Esto es una ventaja pues facilita la colaboración con la institución que operará el sistema cuántico. También es importante el hecho que somos una de las pocas startups europeas que desarrollan computadores cuánticos.

A futuro, ¿qué cambios crees que traerá este nuevo paradigma de computación? ¿Le ves potencial?

Con el tiempo, la computación cuántica se va a poder distinguir de la convencional en tres áreas fundamentales. Una es en los problemas llamados de optimización. Estos son problemas matemáticos y transversales a toda la economía, los cuales influencian el sector de la logística, finanzas, energía, y son problemas que se pueden considerar clásicos, pero donde los ordenadores cuánticos puedan proveer soluciones mucho más exactas o mucho más rápidas.

Otro aspecto es la capacidad que la computación cuántica va a tener para tratar con ficheros que tengan una gran cantidad de datos. Esto tiene que ver con todas las aplicaciones de inteligencia artificial y de Machine Learning.

La tercera área de distinción, y quizás la más importante a largo plazo, es precisamente la de resolver problemas cuánticos. Estos se asocian al funcionamiento de la naturaleza a escala atómica y las propiedades de las moléculas. Conocer el funcionamiento de las moléculas incide muy directamente en la química cuántica y todos los temas de nuevos materiales.

En el largo plazo, la computación cuántica podrá hacer una gran contribución en sectores como el de la energía o del automóvil, que se encuentran en el camino hacia las energías limpias. Este tipo de cálculos nunca se van a poder hacer con exactitud en ningún tipo de computador convencional. Hay un momento en que el tipo de cálculo requerirrá, por ejemplo, que todos los átomos de la tierra funcionasen como bits, como transistores, y eso es inviable, no tiene ningún sentido. En cambio, la computación cuántica, por su naturaleza, es capaz de hacer este tipo de cálculos, de una forma diferente, pero con total exactitud. Además, lo hace con un consumo energético de órdenes de magnitud inferior al de los supercomputadores. Esta es la gran promesa de la computación cuántica.

Otro apartado que no he mencionado, y que me gustaría hacerlo aparte, es la problemática de la criptografía. Gran parte del interés inicial en la computación cuántica se basa en el hecho de que los futuros computadores cuánticos van a poder romper los protocolos de seguridad actuales, como los que se usan diariamente en internet.

En fin. Todo este tema de la criptografía es otro gran capítulo. En este momento no es el objetivo principal de Quantum Spain ni de Qiliminajaro. Nosotros estamos centrados en desarrollar computadores cuánticos que puedan solucionar problemas muy específicos, con ventajas espectaculares de exactitud, rapidez, uso de recursos y/ó consumo energético. Estos tienen que ver con optimización, Machine Learning, y también, a mediano plazo, con problemas de estudio de moléculas.

Si tuvieras que darles un mensaje a los jóvenes que están pensando en dedicarse a la computación cuántica, ¿qué les dirías?

Para empezar, si yo fuera joven me dedicaría de lleno a las nuevas tecnologías cuánticas. La razón es la siguiente: estamos ante una nueva ola de tecnología, un nuevo paradigma que va a incidir de una forma muy importante en el sector de las tecnologías de la información, tanto en los proveedores, como en lo usuarios. Vamos a ser capaces de hacer cálculos que hoy en día son inimaginables.

A mi juicio, el ser partícipes de una nueva revolución es una gran razón para que los jóvenes estudiantes de informática, de ingeniería electrónica, física, matemáticas, etc. opten por esta área del conocimiento. Tendrán la posibilidad de ser testigos y de contribuir a un cambio muy importante.

Yo animaría a las nuevas generaciones a que se interesen por esta nueva tecnología porque va a cambiar el panorama de la informática en la próxima década.